Todavía tenemos en la retina los 10 niños que murieron quemados en un intento de motín dentro de centros penitenciarios a cargo del estado chileno.
No podemos dejar de lado los verdaderos culpables de tal crimen. Si nos retrotraemos algunos meses, una ley clasista y excesivamente punitiva comenzó a regir en el país, la ley de responsabilidad penal adolescente. Esta va incentivada y propuesta por la oposición y sectores oficialistas, dando según ellos respuesta a los paradigmas tales como: mitos que cuentan que en los últimos años ha aumentado la delincuencia juvenil, que los jóvenes somos los que cometen la mayoría de los delitos, que con mano dura, cárceles y penas elevadas se soluciona el problema. Frases construidas por medios de comunicación reaccionarios y centros de estadísticas manipulados por la derecha.
Mirando y analizando mas a fondo esta Ley la podríamos considerar como anticonstitucional, puesto que no respeta garantías procesales penales establecidas en la convención de derechos del niño, la cual nuestro país adopta y promueve; la ley persigue marginar a los jóvenes pobres o a quienes nos movilizamos por exigir nuestros derechos; la ley no cuenta con apóllo de infraestructura, jueces, personal y recursos para funcionar minimamente correcta.
Además esta Ley esta completamente dirigida al combate contra individuos considerados “peligrosos” por el estado, particularmente a jóvenes y niños pobres y luchadores político- sociales presentes principalmente dentro del movimiento secundario, que coincidentemente se organiza e incrementa su fuerza en los últimos años, produciendo un efecto atemorizador en la clase política dominante y representante de un proyecto político- económico que garantiza la desigualdad, el individualismo, el desinterés por la participación, el saqueo y deterioramiento de la naturaleza, etc. , ideológicamente determinado por el capitalismo neoliberal, justificando el apoyo del empresariado a usar la represión violenta del estado contra numerosos y masivos grupos de la sociedad.
Por ultimo debemos declarar nuestro completo rechazo a leyes impuestas para garantizar el mantenimiento del neoliberalismo y el enriquecimiento de empresarios, diputados y senadores que solo mueven piezas de acuerdo a sus intereses partidistas y particulares.
No nos queda mas que la organización, la solidaridad, la unión, y la movilización para derrotar y cambiar el actual sistema del hambre. No cabe duda que vivimos en la dictadura de la burguesía… la minoría.
No podemos dejar de lado los verdaderos culpables de tal crimen. Si nos retrotraemos algunos meses, una ley clasista y excesivamente punitiva comenzó a regir en el país, la ley de responsabilidad penal adolescente. Esta va incentivada y propuesta por la oposición y sectores oficialistas, dando según ellos respuesta a los paradigmas tales como: mitos que cuentan que en los últimos años ha aumentado la delincuencia juvenil, que los jóvenes somos los que cometen la mayoría de los delitos, que con mano dura, cárceles y penas elevadas se soluciona el problema. Frases construidas por medios de comunicación reaccionarios y centros de estadísticas manipulados por la derecha.
Mirando y analizando mas a fondo esta Ley la podríamos considerar como anticonstitucional, puesto que no respeta garantías procesales penales establecidas en la convención de derechos del niño, la cual nuestro país adopta y promueve; la ley persigue marginar a los jóvenes pobres o a quienes nos movilizamos por exigir nuestros derechos; la ley no cuenta con apóllo de infraestructura, jueces, personal y recursos para funcionar minimamente correcta.
Además esta Ley esta completamente dirigida al combate contra individuos considerados “peligrosos” por el estado, particularmente a jóvenes y niños pobres y luchadores político- sociales presentes principalmente dentro del movimiento secundario, que coincidentemente se organiza e incrementa su fuerza en los últimos años, produciendo un efecto atemorizador en la clase política dominante y representante de un proyecto político- económico que garantiza la desigualdad, el individualismo, el desinterés por la participación, el saqueo y deterioramiento de la naturaleza, etc. , ideológicamente determinado por el capitalismo neoliberal, justificando el apoyo del empresariado a usar la represión violenta del estado contra numerosos y masivos grupos de la sociedad.
Por ultimo debemos declarar nuestro completo rechazo a leyes impuestas para garantizar el mantenimiento del neoliberalismo y el enriquecimiento de empresarios, diputados y senadores que solo mueven piezas de acuerdo a sus intereses partidistas y particulares.
No nos queda mas que la organización, la solidaridad, la unión, y la movilización para derrotar y cambiar el actual sistema del hambre. No cabe duda que vivimos en la dictadura de la burguesía… la minoría.